Usted es bienvenida/o al Blog personal de Grand Jovialiste (Dr. Eduardo Brieux Clement, abogado, autodidacta, y escritor con el seudónimo Jovialiste). Como recuerdo de su visita a este blog, escriba un punto de vista, o un comentario en cualquiera de los lugares habilitados para comentarios. Le deseo una estadía excelente, y espero contar en el futuro con su grata visita. El acceso a los otros blogs se halla junto con el perfil.


JORGE LUIS BORGES y MARÍA KODAMA que luego sería su esposa.

Rosato y Álvarez son los autores de "Borges, libros y lecturas".

Allí relatan que JORGE LUIS BORGES fue director de la Biblioteca Nacional de la Respública Argentina entre 1955 y 1973, año en que se produjo el retorno al poder del General Juan D. Perón.

BORGES era antiperonista, y renunció a su puesto para acogerse a los beneficios de la jubilación.

No se olvide que BORGES además de escritor, fue bibliotecario, y con anterioridad se había desempeñado como tal en otras bibliotecas públicas de la ciudad de Buenos Aires, entre ellas la Miguel Cané que se encuentra en la Avenida Córdoba y Montevideo.

Era una época política difícil. Recordemos que BORGES, ahora una gloria nacional de las letras Argentinas, hasta fue acusado de hurtar libros de la biblioteca por un empleado de la misma.

Para defenderse BORGES practicó un INVENTARIO DE LIBROS, y donó cerca de mil libros a la Biblioteca Nacional.

Esos libros permanecieron "ignorados" en un depósito durante más de treinta años. Ni siquiera se desataron los hilos en los que estaban envueltos. ¿Dejadez? ¿Inercia? ¿Burocracia? Bellezas Argentinas.

JORGE LUIS BORGES falleció en el año 1986, ya en plena democracia, durante el gobierno del gran presidente RAÚL ALFONSÍN.

En el año 2004, Horacio González, Rosato y Álvarez revisaron los 900.000 ejemplares de la Biblioteca.

Entre los libros donados por BORGES apareció un POEMA INÉDITO escrito por el mismo en Ginebra el 11 de diciembre de 1923. Y anotaciones manuscritas de BORGES escritas en hojas de algunos de esos libros.


FUENTE: La Mañana de Córdoba.


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5 comentarios:

Jul dijo...

A veces creo que la desidia, la burocracia, la falta de responsabilidad y eso de no importarnos nada sobre ciertos temas, es congénito en nuestra sociedad.
¿Acaso no había NADIE que "notara" esos libros mientras estuvieron allí olvidados?

jovialiste dijo...

Siendo Borges director de la biblioteca nacional una vez lo ví que buscaba un libro en un anaquel del piso primero.

En ese entonces, la sede estaba en un edificio de la calle México casi Perú que había sido de la Lotería Nacional. A mí me gustaba más ese edificio que el actual.

En aquellos años yo vivía en la misma manzana que Borges, que estaba a la vuelta.

En el piso de abajo del piso de la madre de Borges vivía una persona de mi conocimiento a la que yo debía ver cada tanto.
Así que muchas veces me los topaba en la calle, a él y a una dama, que luego supe era Kodama. O si no lo veía a Boges en una pequeña librería que estaba frente a su piso en la Galería del Este. Él era habitué de este local.

Él ya estaba casi o ciego por ese entonces, porque Kodama lo ayudaba a caminar.

Siendo yo lector asiduo de la ex biblioteca nacional (iba seguido porque tenían la enciclopedie francaise de 1860 (más otra obras inhallables en Buenos Aires), todas adquisiciones de su gran director Paul Groussac.

La enciclopedie una maravilla editada por orden de Napoleón, una especie de Espasa en ochenta o noventa tomos, con litografías, etc.

Ahí me enteré que la mayor parte de los libros que en esos años debían de ser cerca de setecientos mil se hallaban no en la sede, sino en depósitos existentes en EZEIZA, donde estuvieron abandonados durante varias décadas.

La biblioteca nacional cuenta con libros que son una maravilla, libros editados en el siglo XIX, además de las obras incunables.

He tenido alguno de esos libros en mis manos, y verlos era un placer por las litografías hechas por grandes e ignotos dibujantes.

Jul dijo...

Muy enriquecedor tu relato.

No me quiero imaginar la cantidad de roedores, polillas y cuanto bicho que se pueda relacionar al papel habrán pasado por allí, ya que no creo que en el medio de esa indiferencia y desidia se hayan preocupado por combatirlos.

Lamentablemente en nuestro querido país no se le da valor a las cosas que realmente lo tienen. Salvando las distancias podríamos incluir las distintas demoliciones llevadas a cabo en edificios que nunca debieron haberse hecho, más allá de una parte del Cabildo como ya es archiconocido.

Teatros que han pasado a ser supermercados o estaciones de servicio, edificios con arquitecturas propias de la época que adornaban y embellecian la ciudad, etc.

Yo que vivo en San Isidro he visto como dos de sus tradicionales cines han desaparecido. En uno hay un supermercado Disco y en el otro un edificio muy paquete de deptos.

Otros pueblos valoran su patrimonio artístico y cultural, nosotros no. Todo nos es indiferente...

jovialiste dijo...

No, si no se olvidaban de alimentarlas bien, les daban de comer hojas de libros de buenos autores.

Para construir en 1913 el subterráneo Lacroze tapiaron parte de los túneles secretos que recorren el centro de Buenos Aires, y para abrir la Avenida de Mayo demolieron esa ala del Cabildo. En la plaza de Mayo demolieron el antiguo teatro Coliseo, ahí donde ahora está el edificio del Banco Nación.

Jul dijo...

Y lo peor es que aún no se ha tomado conciencia a pesar del tiempo transcurrido y de los desastres cometidos.

Todavía recuerdo que hasta hace poco se discutía si se iba a demoler o no la confitería del Molino...